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¿Y usted a quién le echa la culpa?

  • Ingrid Vela
  • 28 may 2017
  • 4 Min. de lectura

Desde hace varios meses el reto de la ballena azul se ha destacado de manera viral en las redes sociales, gracias a los antecedentes de numerosos jóvenes suicidas. Sin embargo, aún no se han verificado las 130 muertes causantes por este ‘‘juego’’.


Redes sociales como Facebook y Twitter son canales por los que la información se divulga de manera rápida y eficiente. El llamado Juego de la ballena azul comenzó por un artículo sobre suicidios que publicó Novaya Gazeta el 16 de marzo del 2016, juego que un año después tomó un aire diferente extendiéndose por Latinoamérica como un reto que todavía está acabando con los jóvenes, y teniendo en cuenta que la generación Z nace en el medio digital, el usuario no tiene temor a la hora de enfrentarse al contenido de una pantalla. Por esta razón se han generado malestares que persuaden a los menores entre 11 y 16 años con tendencia depresiva.


El juego consiste en realizar un reto diario durante 50 días, pasando por diferentes niveles, en donde se le debe comprobar a un tutor vía WhatsApp los desafíos ya hechos. Entre estos retos se destacan los siguientes: levantarse a las 4:20am a ver películas de terror o a escuchar música que le envíe su respectivo tutor; chuzarse con agujas; cortarse en la parte del cuerpo que le sea indicada; ahorcarse y hasta tirarse de un edificio, así lo afirmó la revista Semana en un artículo publicado el 29 de abril del 2017.


¿Retos inofensivos? Júzguelo usted. A mediados de abril en Colombia –según el director de la Dijín, Jorge Vargas Valencia–, se reportaron tres casos de muertes por este fenómeno en regiones como Villa del Rosario (Santander), Buga (Valle del Cauca) y Bogotá.


Los usuarios de Facebook comenzaron a compartir vídeos y fotografías con comentarios como ‘‘¡Miren lo que hace La ballena azul! ¡Cuidado con sus hijos!’’. El contenido se trataba de jóvenes con sus extremidades llenas de laceraciones y con profundos cortes, de hecho, uno de los vídeos más compartidos fue el de una adolescente que se grabó en vivo cortándose la cara. Sin embargo, el 10 de mayo del 2017, una página web (Snopes) publicó un artículo en el que confronta el juicio que se le impuso al juego de La ballena azul (llamado así por la forma en que las ballenas se marcan y luego mueren).


Los medios han sido contradictorios entre sí y un ejemplo de eso es Novaya Gazeta, el diario ruso que publicó que “al menos” el 80% de los suicidios realizados en ese país habían sido liderados por el popular juego, información que fue criticada por Meduza, un sitio web, que añadió: “Es más razonable asumir que los adolescentes deprimidos o suicidas simplemente son atraídos a los mismos grupos de medios de comunicación social, y no que los grupos los estaban haciendo suicidarse”.


Radio Free Europe hizo una investigación que por conclusión afirmó que ningún suicidio había estado encabezado por este grupo en línea, asimismo la Fiscalía de Rusia sustentó que el 62% de los suicidios que acontecieron en el país, fueron motivados por conflictos familiares, falta de recursos monetarios, problemas de autoestima, violencia y cambios bruscos entre tiempos y ambientes.


Todo un movimiento que su líder Philipp Budeikin, un joven de 21 años, definió como una manera de “limpiar la sociedad”. Por ese motivo lo acusaron del suicidio de 130 jóvenes en Rusia, teniendo en cuenta que este juego también se extendió por América Latina, generando más líderes y provocando el suicidio de más niños. Philipp se presentó bajo el argumento de una “infancia difícil”, pues había sido maltratado por parte de su madre y su hermano cuando era un niño, y además afirmó que sufre de bipolaridad y que fue este malestar el que lo llevó a crear el reto de La ballena azul, que se dio a conocer principalmente como F57. (Periódico El Nacional, 07 de mayo del 2017)


A partir de este juego se crearon ocho grupos alternos en la web, que se encargaban de invitar a las víctimas a un espacio virtual donde aparentemente los escucharían y les darían soluciones definitivas para su felicidad eterna. Lenta.ru –un periódico online– contactó a More Kitov, el creador de la comunidad Sea of Whales (las ballenas "se suicidan"), él afirmó que los administradores de estos grupos no tenían interés en persuadir a los menores para que se suicidaran, sino que básicamente su motivación se caracterizaba en aumentar su perfil comercial para así generar mayores ingresos.


Con base a estos antecedentes es pertinente destacar la agilidad que tienen los medios para replicar la información, pero es importante tener en cuenta a quiénes investigan y también, contrastar posturas diferentes bajo argumentos válidos que le ayuden a los usuarios a dar aportes que contribuyan con la búsqueda de la verdad. Es cierto que los jóvenes se están suicidando, no obstante, ¿Se debe culpar en primera instancia a la última noticia que hay?


Recordemos que en el 2015 llegó a Colombia un juego de antigua tradición mexicana para invocar espíritus llamado “Charlie, Charlie”, divulgado también por medio de las redes sociales ya que los jóvenes presentaban alteraciones de comportamiento: crisis nerviosas, posibles variaciones mentales, algunos presentaban vómitos y altos índices de fiebres. Teniendo en cuenta que ambos juegos fueron difundidos por el mismo método, y de hecho, tienen reacciones similares o iguales en los jóvenes, antecedente que permite entender que ambos juegos hacen parte de un mismo círculo vicioso que se presenta con el objetivo de convencer, pero con diferente disfraz: ¿Será que si “Charlie, Charlie” en el año 2017 fuera noticia, el juego de La ballena azul tendría menos juicios de suicidios?

 
 
 

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