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Murió esperando a que lo rescataran

  • María Andrea León
  • 30 may 2017
  • 7 Min. de lectura

El coronel Julián Ernesto Guevara fue secuestrado el 1 de noviembre de 1998 en la Toma de Mitú, duro 7 años esperando por su libertad y murió luchando contra una enfermedad que se fue desarrollando a lo largo de su secuestro.

''Julián entró a la policía, no quería que se metiera allí, quería que se fuera para el ejercito. En ese entonces era diferente y uno se sentía feliz, como mi chinito en el ejercito, uno se sentía como grande, como que uno hacia algo bueno.'' Con estas palabras inicia su relato Doña Emperatriz De Guevara, madre del fallecido Coronel Julián Ernesto Guevara quien permaneció secuestrado durante 7 años y murió en manos de Las Farc por una enfermedad que se desarrollo a lo largo de su secuestro.

El Coronel Guevara nació el 4 de agosto de 1965, desde muy pequeño soñó con defender a su país, jugaba a ser policía, era muy exigente, le gustaba dar ordenes y andar cachaco, bien vestido. Julián tenía 19 años cuando decidió entrar a la policía, doña Emperatriz cuenta que el no solía ser muy querendón en casa, tenía un temperamento fuerte, pero cuando ingreso a la policía, empezó a tener detalles más lindos con ellos, con ella, su madre, con su hija Ana María, los invitaba a almorzar cuando podía. Comandando la estación del barrio Restrepo en Bogotá, fue trasladado a Mitú.

Para Doña Emperatriz ya empezaba su preocupación cuando se enteró que Julián tenía que combatir contra la guerrilla, ya le empezaba a dar miedo, aquella preocupación pasó a un sufrimiento que hasta el día de hoy no ha cesado y no cesará. El 1 abril de 1998, trasladaron al Coronel Guevara para Mitú con el cargo de Comandante Operativo. Estando allí, los comandantes tenían conocimiento de que la guerrilla los estaba cercando, así que se distribuyeron por diferentes partes de Mitú.

El 1 de noviembre de 1998, el día que marcó la vida de muchas familias colombianas. Todos los comandantes se encontraban juntos ya que estaban celebrando el día de los niños, era la oportunidad perfecta para Las Farc. La toma de Mitú, denominada la Operación Marquetalia se realizó con 1000 hombres armados frente a 60 desarmados, ésta ha sido una de las tomas más sangrientas hasta la fecha. Los comandantes resistieron un día y medio esperando un apoyo que no llegó, o más bien sí, pero a los 8 días ¿Porqué? Resulta que la guerrilla dinamita Mitú, para entrar a esta ciudad colombiana sólo se puede llegar por vía aérea o por río, pero se demora bastante tiempo. La guerrilla dinamitó el aeropuerto, la única forma para que los refuerzos llegaran.

Julián fue el último por capturar, la guerrilla entró y se esparció por Mitú. Julián se encontraba en el techo de una casa y desde ahí combatía, la guerrilla mandó un tanque destruyendo aquella casa y Julián cayó. En Bogotá, la hermana de Julián, Marcela Guevara estaba al tanto de las noticias, donde sólo salían titulares como “Se toman Mitú”, “ Las Farc se toma Mitú”, desesperadamente llamó a su madre que se encontraba en Mesitas del Colegio para informarle lo que estaba pasando, sin poder comunicarse con su hijo y hermano, sin poder hacer nada, sin saber si estaba vivo o muerto, se vieron en la obligación de esperar 8 días para por lo menos saber sí se encontraba en los cadáveres o si seguía con vida. ¿Qué esperanza se puede tener frente a un acto de estos? Doña Emperatriz, en sus suplicas imploraba por la vida de su hijo, hasta que fue informada que el Coronel no estaba entre los muertos ¿Qué más le esperaba a ésta madre? Doña emperatriz de Guevara sabía que su hijo estaba secuestrado.

Sin saber nada de Julián durante un mes y medio, por fin, llegaron noticias sobre el coronel. El 17 de diciembre llegó lo que fue su primera prueba de supervivencia. Por esa época Timochenko dejaba plantado a el Presidente Pastrana en la famosa “Silla Vacía”, Pastrana crea una zona de distención y se crea Asfamipaz, una Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros, su presidenta, Marleny Orjuela, es la intermediaria entre las familias que son víctimas y los grupos guerrilleros, a través de ella llegan las pruebas de supervivencia. A pesar de que era más que un hecho que Julián estaba secuestrado, aquellas pruebas lo confirmaban.

''Solía mandar cartas en las que se mostraba optimista bajo toda circunstancia, con la total convicción de que el ejercito llegaría a rescatarlos, jamás contó sobre sus dolencias o enfermedades, ni de sus calidades de vida en la selva, en general no decía cómo estaba, solo que algún día sería libre y que no se preocuparan por él.'' Asfamipaz logró que los guerrilleros dejaran escuchar a los secuestrados un programa de radio que se creó específicamente para ellos, para que sus familias pudieran mandarles mensajes. Las voces del recuerdo, dirigido por Herbin Hoyos, que después de un tiempo de estár al aire, salió de la programación por exigencia de la guerrilla. Las negociaciones con Las Farc duraron 2 años, después, ya no podían comunicarse por ningún medio.

Este no fue un secuestro extorsivo, nunca ofrecieron nada por liberarlo, lastimosamente fue un secuestro político y tal vez de los peores, por qué usar personas inocentes para un interés propio de Las Farc, pues lo que querían era que liberaran a unos presos que tenían de ellos. Con la presidencia de Samper logran liberar a 60 bachilleres, claro, gran noticia para muchos, pero cuál fue el problema. A los oficiales y suboficiales les dijeron que también los liberarían como se los dijeron a sus respectivas familias, pero a la hora de la liberación no fue así. Jhon Jairo Duran, fue quien acompaño al Coronel Guevara en sus últimos días de vida, cuenta en su relato “Sentía rabia de que nuestras vidas eran mercancía a la que le ponen un precio, jamás quise prestarme para ese juego de Las Farc”.

El sargento Durán, secuestrado por Las Farc, conoció a Julián en el 2003, para pasar el tiempo estudiaban inglés o alemán en las “clases” que les daba Alan Jara, dice Durán “mamábamos gallo como adolescentes''. Este juego de adolescentes pasó a convertirse en el juego de la vida, en una de las caminatas continuas que hacían, “la caminata de la muerte” bautizada por ellos dos, El coronel Guevara se empezó a enfermar por las fechas de 2000 o 2001, ambos se empezaron a preguntar, ¿acaso se nos está agotando la vida? O qué es lo que pasa, se les inflamaron las piernas, las tenían moradas y les dolían los huesos. Mi capitán, como le decía Jhon Jairo cada día se ponía peor.

Era invierno y comenzó con una tos que a los 10 días le quito el apetito, en palabras textuales de el sargento Durán describía al coronel Guevara como “la piel era un forro de los huesos, ya no tenia fibra muscular”. A Julián se le empezó a agotar la chispa de vida, en tan poco tiempo no podía bañarse solo y Jhon Jairo se convirtió en su mano derecha hasta llegar al punto en que ya ni los pulmones le servían. Jhon Jairo logró ver vivo al Coronel Guevara hasta el 19 de enero, cuenta que el día anterior a su muerte no quiso que lo afeitara así que solo lo bañó, trató de darle comida y charló un rato con él, hasta que se despidió.

Su tos nunca desapareció, solo hasta la madrugada del 20 de enero, no lo volvió a escuchar, Durán no sabía sí era por la lluvia tan fuerte o si se había quedado dormido, pero no lo escuchó. La primera noticia que había en los campamentos de Las Farc ese 20 de enero, era la muerte del Coronel Julián Ernesto Guevara, quien murió esperando que lo rescataran, lucho por vivir hasta donde más no pudo, pero la muerte decidió llevarlo. El dolor más grande para una madre es perder a un hijo y en las condiciones de ésta familia, ni siquiera se pudo despedir.

La familia de Julián se enteró de su muerte hasta el 14 de febrero de 2006, casi un mes después de su muerte, dicen que se murió de una extraña enfermedad que en cautiverio nunca fue determinada, pero que hasta hace poco se descubrió que la causa de su descenso fue tuberculosis, Julián empezó con una neumonía que por condiciones del clima y lugar donde se encontraba se le complicó hasta convertirse en tuberculosis, esta enfermedad se caracteriza por presentar mucha fiebre y Julián ardía en fiebre, Durán trataba de disminuirla con paños de agua fría, y relata que “una vez mi capitán tenia mucha fiebre, casi que convulsionaba, le dije al comandante que me diera un medicamento para bajarle la fiebre y respondió, ''dígale a ese triple hijueputa que si me limpia las botas se lo doy, de lo contrario no”.

Julián estaba al borde de la muerte y la simple respuesta de las Farc es no bajarse de su orgullo, eso, tal vez es lo que quieren en su paz ¿Esa es la paz que le prometen al país? Las Farc está compuesto por personas que no tienen sentimientos, no tienen corazón, sólo están en busca de unos beneficios y que harán lo que sea para llegar a ellos y el país solo les sigue creyendo y no es no creer en la paz, claro que sí, la paz debería existir y para eso cada uno debe poner de su parte, pero esta paz que proponen estos señores de Las Farc es una paz de mentiras y si no que lo demuestren sus actos.

Después de 4 años de haber fallecido, un poco de paz llegó a la casa de Julián, por fin, sus restos fueron entregados por una negociación que hizo Piedad Córdoba en el 2010. Julián tenía 34 años cuando fue secuestrado sirviéndole al país, duro 7 años en manos de Las Farc y murió a los 41. El Coronel Guevara logró encontrar su libertad, pero no fue en la tierra de los vivos, la encontró en el cielo, como lo dijo su mamá en su sepelio. Por lo menos Doña Emperatriz logró que le devolvieran los restos de su hijo, más conocido como “Héroe Policial” que hasta estos eran un botín de guerra para ellos, para Las Farc.

 
 
 

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